martes, 7 de junio de 2016

MI PRIMERA SALIDA FUERA DEL ASFALTO

Este fin de semana pasado salí a correr con un nutrido grupo de corredores curtidos en el mundillo del Trail, y digo curtido a tenor de lo bien equipados que iban y del barro acumulado en sus zapatillas. Yo siempre descarté correr fuera del asfalto, mi impresión sobre correr por montañas y barrancos era totalmente negativa: cuestas empinadas en las que hay que caminar, caminos empedrados que son trampas para los tobillos, bajadas mortales, mucho frio o calor.... Sí, lo confieso, soy una rata de asfalto, me gusta ponerme mi música, marcar un ritmo y devorar kilómetros de cómodo y liso asfalto. Recomiendo leer esta entrada de @SosakuRunner El-trail-running-no-es-correr. Al contrario de ese corredor veterano de su entrada yo siempre he tenido el máximo respeto y admiración por los que corren por montaña. Para mi es obvio que lo "fácil" es hacerlo en asfalto, fuera de él todo es más complicado.


Con esa idea estaba yo hasta que hace par de semanas mi buen amigo @JuanMijimenez me anima a hacer el entrenamiento oficial de un trail que organizan todos los años en el barranco de Telde los de Atlefulca. Enseguida me saltan todas las alarmas en mi cabeza por lo expuesto anteriormente, no quiero correr en tierra/piedra/arena, no quiero subir ni mucho menos bajar, odio las bajadas. Mentalmente preparo mil excusas para decirle no a mi amigo.


Inicialmente no soy capaz de decir que no, así que me pongo a buscar información sobre el trail en cuestión. Quiero ver la orografía, el desnivel, las condiciones del terreno. Me consigo descargar de wikiloc un track del 2013 que me sirve de guía y lo traslado a Google Earth. 

Track y perfil del trail

Tras analizar el track veo que hay algunas subiditas importantes y se lo digo a JuanMi, me comenta que tranquilo que iremos en plan suave (nunca te fies de un runner que te dice eso de en plan suave). Finalmente me convenzo, sigue sin gustarme la idea de correr fuera del asfalto pero para mí el running tiene un componente de superación, de creer en ti mismo, en que puedes lograrlo.

CORRER ES UN ACTO DE FE (Creo que es un frase de @SosakuRunner)

Bueno pues ya estoy embarcado, ahora surge otro problema importante, no tengo nada de material y tampoco me voy a gastar un pastizal para que luego no me guste y arrimar todo. Tampoco voy a correr la Trans me digo a mí mismo así que no me vuelvo loco sobre el tema y mi única adquisición es algo que ya quería comprarme hace tiempo para las tiradas larga de domingo: un cinturón riñonera para llevar líquido y algunas cosillas. 

Esto me va a venir genial para las tiradas largas de domingo

Con el tema de las zapatillas me encuentro en la misma encrucijada, no quiero gastar en algo que luego puede acabar arrimado. Algunos días antes visito algunas tiendas outlet y los precios rondan los 70€ en adelante. Me digo a mí mismo que también les puedo dar uso en el Romano para algunas tiradas y que merece la pena la inversión. Finalmente gana mi yo más cerebral, iré con alguna zapatilla vieja que no me importe destrozar y ya se verá si más adelante compro unas específicas. 

En el tema de las zapatillas tengo 2 alternativas, unas Supernova Glide 3 (ya van por la 8) que son bastante estables pero que tienen la suela ya muy lisa, o una versión más moderna, la 6 que también tienen como 2000Kms pero con la suela en mejor condición. Obviamente me decanto por la de mejor suela aunque el hecho de llevar unas zapatillas tan rebotonas y flexibles como unas Boost me crea ciertas dudas.

Corrí con las azules

La salida es bastante puntual, somos como 50 personas y nos posicionamos en la mitad del pelotón. El primer kilómetro y medio es asequible, algo de adoquín y pista de tierra con poca sorpresa y bastante llano. A los 15 minutos más o menos cambia totalmente la orografía, comienza un ligero ascenso lleno de callaos que te obligan a ir dando saltitos de rana y pisar firme sobre ellos para no terminar con un esguince. Pasamos por una zona muy bonita, una especie de cueva de cañas con el suelo algo húmedo y con barro. Una chica que va delante se le traba una palma con la gorra, gracias a Dios no fue grave, o eso espero porque tras ayudarla no la vimos más. 


Primeros Kms sencillos
Seguimos en un grupo de gente de nivel medio, por detrás ya no se ve a nadie, las piedras han hecho una especie de corte en el grupo. Nos encontramos fuertes todavía aunque las piedras se dejan notar ya en los cuádriceps. El terreno vuelve a cambiar y nos da algo de tregua. No mucho pues en un momento dado mi compañero me dice que aquella montaña tan alta es la que tenemos que subir. COMO!!!! Alucino totalmente, me parece el Everest. Imposible le digo. Me tranquiliza y seguimos a ritmo con un grupito de 5 o 6 personas. Llega la subida y me sorprendo a mí mismo, podemos correr y son pocos los tramos en los que hay que caminar. Aquí es donde ya me doy cuenta que las zapatillas que llevo son muy inapropiadas para el terreno, apenas tienen suela y no tengo agarre ninguno, así que tengo una pisada poco efectiva y patina mucho en cada empujón.


Se suceden los tramos en los que se corre y se camina, incluso para sorpresa nuestra somos capaces de alcanzar a gente que iba por delante que en alguna parte no corre y nosotros sí. Vamos bien de moral, el ambiente es ameno con los compañeros de viaje y más rápido de lo que pienso coronamos cima. Me siento fuerte, en la subida me he visto muy bien sin que las pulsaciones se dispararan mucho (soy de pocas pulsaciones en reposo: 39) y las piernas ni tobillos ni nada están dando avisos. Todo cambiaría de repente. 

Descenso de locos
Todo lo empleado en subir se resume en una bajada trepidante de tan solo 2 minutos, es una p...a locura. Aquello parece San Fermín, que nos han soltado detrás unos morlacos de 600 kilos. Todos, excepto yo, se tiran hacia abajo como si fueran velocistas, es una estampida de gente. Entre mi nula técnica para bajar, mis zapatillas, que si subiendo no agarraban nada imagina ahora bajando, y que tengo que ir frenando como un loco, no tardo en sobrecargar los cuádriceps. Me quedo solo enseguida, todo el grupo desaparece por delante, Juanmi me espera al final  del descenso y nos juntamos de nuevo pero sin nadie ya. Hemos perdido el grupito en el que íbamos pero por detrás tampoco aparece nadie. Nos toca seguir solos. Juanmi se conoce, más o menos la ruta, y yo la llevo en el Garmin. 

Ponemos un ritmo cómodo sobre 5 y poco el km y encaramos ya un suave descenso hasta el fondo del barranco otra vez. Hay que decir que en esta parte nos perdimos un poco al saltarnos algún desvío y al no ir yo pendiente del reloj. Hicimos casi 1Km de más pero no importa. La última parte del recorrido es amena, sabes que ya lo duro ha pasado, las piernas no están frescas pero aún tienen cuerda para rato.

En rojo está todo el recorrido que hicimos diferente y de más respecto al track que iba cargado en el reloj
Llegamos a la plaza de San Juan y todavía quedan algunos compañeros allí pero tenemos la sensación que el habernos perdido nos ha retrasado mucho. Al final salen casi 16Km con un tiempo de 1h:54m (7:14 de ritmo medio). Estamos contentos, hemos pasado un rato agradable, sin caídas ni percances importantes. Mis conclusiones de la experiencia son muy positivas, ha sido algo diferente y que me gustaría repetir pero con mejor calzado y con alguna ruta que tenga un descenso más agradable. Ya veremos. La tirada acaba con un par de cervezas en un bar cercano, como tiene que ser.


 

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